SR 574
combinado con unidad de ventilador motorizada SR 500.
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La soldadura y los puestos de soldadura presentan un gran número de peligros para la salud y la seguridad, tanto para los soldadores como para las personas que se encuentren cerca. Nuestra misión es protegerle.
Los vapores están compuestos por partículas de óxido de metal sólido, de un tamaño muy reducido, que se forman durante el proceso de soldadura. La mayoría de los vapores (90-95 %) provienen del metal de aporte utilizado, por lo que el contenido de sustancias químicas de los vapores de soldadura será igual al del material de aporte.
Los efectos a corto plazo de una exposición excesiva a los vapores de soldadura incluyen irritación de los ojos, nariz y garganta, tos, dificultad para respirar, bronquitis, un mayor riesgo de infección de las vías respiratorias, presencia de líquido en los pulmones y un trastorno similar a la gripe, que a menudo recibe el nombre de fiebre del humo metálico.
La salud de los soldadores se ve afectada a largo plazo, ya que tienen un riesgo mayor (de un 30 a un 40 %) de sufrir cáncer de pulmón. El motivo exacto de esta predisposición todavía está siendo sometido a estudios en todo el mundo. Puede deberse al hecho de que muchos soldadores son también fumadores empedernidos y a menudo están expuestos a amianto y/o vapores de soldadura. Los componentes de los vapores de soldadura con una mayor probabilidad de provocar cáncer son el cromo hexavalente y el níquel. La exposición al manganeso a menudo da como resultado daños en el sistema nervioso central. Actualmente, se está investigando la relación entre estos daños en el sistema nervioso y los vapores de soldadura.
Utilice siempre equipos de protección respiratoria adaptados al tipo de soldadura que realice.
Normalmente, la soldadura genera chispas y salpicaduras atomizadas. Si el gas de protección no tiene un contenido de argón lo suficientemente elevado, se generarán grandes cantidades de chispas y salpicaduras, que incluso pueden llegar a formar gotas.Si las gotas, chispas o salpicaduras entran en contacto con el soldador, por ejemplo, en una soldadura desde abajo o si el soldador está tumbado, pueden provocar quemaduras.
Utilice prendas protectoras que cubran todo el cuerpo si existe el riesgo de entrar en contacto con grandes cantidades de gotas, chispas o salpicaduras.
La exposición excesiva a la radiación UV afecta a la salud, y los soldadores son el mayor grupo de trabajadores expuestos a la radiación UV.
uemaduras en la piel. Los daños se acumulan durante el día y no se hacen visibles hasta unas pocas horas más tarde. El «fogonazo» del soldador, también conocido como fotoqueratitis o ceguera de la nieve, se trata de una irritación dolorosa de la córnea y de la conjuntiva (la membrana que conecta el globo ocular con el párpado interior). La sensación es similar a la de tener «arena en el ojo» y se puede notar con el más ligero de los contactos. La radiación UVB es la principal causa de las «quemaduras oculares».
El ojo es más sensible que la piel a la radiación UV porque no cuenta con la capa exterior de la piel ni con un pigmento protector. Los síntomas aparecen de 6 a 24 horas después de la exposición y suelen desaparecer durante las siguientes 48 horas.
No provoca daños permanentes en los ojos, a menos que la exposición haya sido muy importante.
Los daños en la retina pueden, en última instancia, provocar una pérdida de la visión. Esto se puede deber a una radiación UV en personas que se hayan sometido a una extracción quirúrgica del cristalino, por ejemplo, como resultado de unas cataratas. Estos daños en la retina se pueden prevenir mediante el uso de unas gafas de absorción UV o con la implantación de unas lentes de absorción UV. En un ojo normal, la retina está protegida de las lesiones por radiación UV por el cuerpo vítreo, que filtra la radiación UV.
Estudios recientes señalan que la exposición a la radiación UV puede afectar negativamente al sistema inmunológico.
Utilice siempre un filtro de soldadura adaptado al tipo de soldadura que realice.
El aire para respirar pasa a través de un filtro que lo purifica (solo se puede utilizar con un contenido de oxígeno normal).
Equipos respiratorios alimentados con aire comprimido. Dispositivos respiratorios portátiles.
Si suelda en un espacio de dimensiones reducidas o con una ventilación deficiente, una buena protección con filtro no es suficiente. También necesitará la protección respiratoria alimentada con aire comprimido para no poner en riesgo su salud. Los trabajos con un nivel de esfuerzo medio-alto requieren un consumo de aire medio de 50-70 l/min.
Para conocer el efecto protector de un equipo de protección respiratoria, puede calcular el factor de protección tomando como base una serie de mediciones. Si la concentración de una sustancia en el interior de la máscara es una vigésima parte de la que se puede medir en el exterior de la máscara, el factor de protección del equipo de protección respiratoria es 20.
1000 partículas/cm3 (fuera del equipo de protección respiratoria) |
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= Factor de protección 20 |
50 partículas/cm3 (dentro del equipo de protección respiratoria) |
El factor de protección asignado (FPA) se basa en mediciones realizadas en lugares de trabajo reales donde hay gente trabajando. Este factor es ligeramente inferior al factor de protección nominal, pero el FPA se ajusta más a la realidad, ya que se mide en situaciones de trabajo reales.
El factor de protección nominal (FPN) se basa en mediciones realizadas en el laboratorio.